Llegó, y me canturreó de una manera excitante algo que resultó extremadamente placentero, y me ví ahí quieta sabiendo, que nadie más entendería esa situación...y cuando terminó de ponerse las botas de montaña, con los calcetines por encima del pantalón y cargada con miles de kilos de cosas innecesarias en la espalda en una especie de caos llamado mochila... me sonrió... y me dije… (frunciendo un poquito el ceño…)
es una princesa...
Y llegué a la conclusión más cierta
Del mundo más verdadero
Y envidiando a su príncipe busqué respuestas
y…de qué se enamoró
De su feminidad perfecta?
De su inconsumible magia…
De su sutil fragancia?
De su belleza etérea?
De su inconsolable tristeza…
De su inalcanzable sustancia, de ella…
De su pureza
De su naturaleza de hada,
De princesa…
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